Desde siempre he amado todo lo relacionado con el arte. Viene a mi memoria una imagen de mi mismo con un lápiz en mis pequeñas manos con el cual dibujo constantemente. Mi hermana y yo jugabamos a las exposiciones en el patio trasero de mi casa. Las cuerdas de tender la ropa y las pinzas eran nuestras herramientas para exhibir "mis obras" en nuestra particular galería... Mi natural curiosidad y las circunstancias personales de mi infancia y adolescencia me han permitido ser desde muy joven una persona muy independiente. Esa cualidad mia y las sensaciones que provocó en mi niñez el contacto con una serie de fascículos coleccionables de maestros de la pintura; mis ídolos por aquellas épocas, me llevó a perder el pudor y visitar por vez primera una galería de arte en el centro de Montevideo. Esta afición que surgió alrededor de mis 11 años, perdura hasta hoy y siempre ha sido un mundo fascinante y lleno de sugerencias e inspiración. Todas las artes tienen vasos comunicantes entre sí, beben unas de otras; no obstante aún no he descubierto porque he dado tantos rodeos para llegar a la pintura. Un popular verso de Antonio Machado reza: "se hace camino al andar...", pues mi caminata fue larga hasta llegar a esta disciplina.
A los 20 años comienzo a estudiar tapiz en el taller de un conocido artista local y por la misma época entro en contacto por vez primera con el teatro; otra de mis grandes pasiones. Durante varios años colaboro como técnico diseñador de vestuario teatral y figurinista con varios grupos e instituciones teatrales montevideanas. En Uruguay el teatro es toda una institución con gran tradición en nuestro país y muy respetada incluso a nivel internacional. Este particular conglomerado de disciplinas artísticas que es el teatro ha influido mucho en mi vida pluralizando mi visión del arte e incentivando enormemente mi imaginación. También realicé por esta época algunas colaboraciones en el campo de la ambientación y la escenografía teatral y conocí grandes realizadores en estas disciplinas tan arquitectónicas o escultóricas según se mire.
A partir de 1981 mi vida vuelve a entrar en contacto con la pintura de forma tangencial, ya que me contratan para trabajar y formarme como restaurador de pintura caballete en el Taller De Restauración Del Patrimonio Del Uruguay. Hasta el año 1989 trabajo como especialista en dicha institución y tengo la suerte de conocer grandes obras de artistas locales e internacionales e intervenir en su conservación y restauración, participar en congresos en Montevideo y Trujillo, Perú y ser beneficiado con una beca de O.E.A. al curso de 1988 de Restauración de Patrimonio en Cuzco, Perú.
A partir de 1989 por motivos particulares doy un giro radical a mi vida y dejo mi país para trasladar mi residencia a Barcelona, España en dónde llevo 20 años viviendo. Durante varios años mis circunstancias personales me hacen permanecer alejado practicamente de todo contacto con la creación y mi necesidad de expresión. Mi vacío a nivel creativo es enorme y por inercia me fuerza a buscar alternativas para manifestar mi imaginación. A instancias de un gran amigo empiezo a crear collages con recortes de publicaciones. El mismo gran amigo me enseña a manejarme con el ordenador y posteriormente descubro Coreldraw que es el vehículo en aquella época para volver a lo creativo. Empiezo a realizar mis primeros dibujos digitales y pronto a crear mis primeros azulejos (Tiles) y el siguiente paso es continuar investigando sobre las posibilidades creativas de programas como corel o photoshop, que me llevan a mis pinturas digitales. Éstas me han permitido llevar a cabo todo un sinnúmero de obras con estas ricas y singulares herramientas. Piezas que pueden ser vistas a través del mismo medio o ser impresas sobre diferentes materiales de soporte. Pero esto es avanzar mucho en esta historia, todo ha sido muy paso a paso, y en ese momento esos trabajos eran catárticos para mi nostalgia expresiva. Pasados unos años, alrededor del 2000; reencontrándome con una antigua amiga, testigo de mucha de mis vivencias personales y creativas en Uruguay, encendió en mi la llama de confianza que faltaba, para dar el paso decisivo que me permitiría abrir la "puerta" a la pintura; expresando: "vos tenés que sacar fuera el talento que tenés para la pintura, eso, tenés que pintar" (sic). Fue tan simple y tan claro el mensaje que por primera vez me dejé de rodeos, subterfugios, pretextos o inseguridades y decidí comenzar a formarme por mi cuenta en pintura al óleo, disciplina que en cierto modo conocía mejor dado mi contacto durante años con el mundo de la restauración pictórica. Seguidamente toca probar con la combinación de materiales grasos (óleo), con los solubles en agua como el acrílico por ejemplo abriendo una nueva puerta a la técnica mixta. Hacia ésta, el collage de pigmentos y otros materiales como el papel o los textiles. Me he ido decantando poco a poco por el acrílico, por motivos prácticos, ya que mi "taller" tiene mala ventilación y el acrílico desprende menos gases y olor frente al óleo. De todas formas mi busqueda ha seguido siempre intentando abrir nuevos horizontes de experimentación y expresión como la acuarela (watercolour) y pastel. Fundamentalmente la mayoría de mis trabajos los desarrollo en acrílico. Es un medio que me gusta mucho y que tiene muchas posibilidades expresivas. Simultáneamente continuo también trabajando en mis pinturas digitales...
Marvilla, 2 de setiembre del 2009/ Barcelona.
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