Frente Frío

Se acerca un frente frío a ese lunar negro que tengo en la cadera;

Que recuerdo desde que no tenía historia,

Desde que no sabía que había olvidado.

Viene racheado y trae cuchillas heladas de trigo

De tantas siegas por estas tierras exhaustas

Que ya olvidan hasta todo lo ya olvidado.

Se acerca un frente polar y boreal verde

De auroras volátiles como la pólvora.

Lo siento en los rincones más polvorientos

Como el ombligo o dentro de las volutas

De las orejas, esas que se descuelgan más cada día

Como vencidas por las huellas de la vida,

Y donde ya sopla el viento impaciente del norte.

Ya siento ese ejercito de pelos erizarse atentos

Como una manada de suricatas alertas

Ante los peligros previstos de la sabana

Frente al silbido del ventarrón invasor.

Aparecen, asoman su rigidez vigilante

Los pelos en el pabellón de las orejas;

Mi particular atalaya de defensa en la vida;

Pobre defensa si no sabes dar batalla,

Y me alarman y a la vez me desarman,

Me desarbolan como un ventarrón racheado

Que te frena en la esquina de la indecisión un instante

Y luego te lanza arriba y abajo como un papel

Sin rumbo, sin nada escrito, vació.

Cada vez más siento la cercanía del frío,

De nubes pizarrosas rellenas de bolas de golf,

Blancas bolas como sentencias de hielo

Caerán sobre mi como un chaparrón.

Trastabillaré, trastazo, ruido a porrazo

En la fina piel de las piernas; como un desierto

Reseco, levantarán ampollas ateridas

Rugosas como vetustas cúpulas barrocas.

Estoy desubicado en este mundo de la frialdad.

Anacrónico en una esquina de la desolación,

Incomprendido en la esquina de la mudez,

Incongruente en una esquina de lo ilógico,

Solitario y helado en un ángulo muerto.

 

 

 

 

 

©Marvilla

Terrassa, 7 de Julio 2018

Los Orates De La Imaginación

Abrí mi ojo izquierdo para ver el mundo

entré confuso y con gesto atónito

-desde el albor de mi vida éste latió-

con este acto ilógico de la voluntad

la llave de la intuición se me abrió.

 

Parpadeó mi ojo derecho su asombro

y mi boca inteligiblemente balbuceó,

me dejó nítidos todos sus reparos

mas yo no supe ya ver la vida

con otros ojos

y a todas sus razones me opuse

con mi alma creativa.

 

Los ojos derechos de parir sueños

engendran soñadores para un ejército.

El hemisferio derecho crea, alza en vuelo

ilógicos quijotes de la imaginación,

habitantes de un castillo profético

en el límite de la cordura y la enajenación,

románticas huestes de la poesía

tejen y trenzan su tapiz de glosas

para nuevos devotos de la cofradía.

Colorean, trazan y elevan diosas

poseídos por sus curvas de osadía

a la imponente imaginación se atan,

a la que baila por la casa todo el día.

Esa diosa que ilumina a estos comparsas,

sus cabezas febriles de infancia,

locuras perennes y juguetonas lanza

a su troupe de rebeldes faunos rendidos,

a esta colla de jornaleros guarecidos

bajo áureo palio la llevan cual santa

seres estrafalarios y pasionales,

a contracorriente del irracional mundo,

sin juicio, como orates avanzan

iluminando otro ángulo del mundo

en todas las épocas de todas las razas

oyen al lóbulo derecho, siguen su rumbo

y la humanidad avanza.

 

 

 

©Marvilla 

Terrassa, 7 de Julio 2018