Aguijones y Vocalizaciones Humanoides

De nuevo he sentido punzantes aguijones

inquiriendo en un rincón impreciso del pecho.

Fuera tras los cristales las nubes en fabulaciones

me arrastran con ellas en su hipnótico deambular,

entre el trueno que deslumbra en rayos aguerridos

vislumbré más acusado el germen de la fragilidad.

Como tea encendida ante cielos buscapleitos

rogué para hallar al fin un sitio bajo el sol,

un bendito lugar para sentirme guarecido,

una cueva para estar a solas con mi espíritu.

Encontrar mi reflejo entre las profundidades,

desprenderme de toda rémora de obcecación

de cualquier posible tic que me inoculase

de una voluntad de superioridad moral.

Intentar atender sin que nada se opusiera

a un criterio de justiciera imparcialidad

pero sin la culpa de la misa dominguera,

sin un atisbo de vergüenza en la garganta,

sin esa dubitación clareando al ruborizarse

un lugar apropiado en el mundo circundante.

Un carácter que a ninguno importunase

tener el cálculo en cuenta para no provocar

al prójimo tan celoso de la ajena opulencia.

Medí lujos, gastos y agraciadas compañías

a fin de protegerme de la plural concurrencia,

de sus revanchas, venganzas o maledicencias

pensando que creaba con una infalible ecuación,

un lugar al este del sol y al oeste de la luna

y solo de pensarlo me invadió tal exultación.

Llegué a creer en la infalibilidad de mi táctica,

empecé a vivir en permanente estado de euforia.

Sentía una seguridad tan ancha, tan todopoderosa

similar a la que inspira en un bosque una secuoya.

 

¡Soy un ingenio en estado de perpetua gracia,

por mis venas marcha un ejercito de anticuerpos

y contra vuestra mezquindad opongo vivo escudo,

construyo mi fortaleza, soy mi propio arquitecto!

 

Mas todas mis tácticas y mañas fueron vencidas

con el triple de fuerza que yo por mi parte opusiera.

¡Osadía la mía intentar elevar mi humilde cabeza

por encima de la horda y su pestilente boñiguera!

 

Hoy soy de mi mismo una sombra, un vil gusano,

entre el lío de lombrices, espectral y blanquecino

me arrastro, me revuelco en este mortal enredo y

no habrá nadie que acerque a mi boca un depurativo.

Soy un ente sin derecho al mínimo gesto compasivo,

fui vencido antes de elevarme como alguien auténtico.

Expuesta mi pobre osambre a los pies del humilladero;

vencida fe, idas certezas y orgullo yacen paupérrimos,

meros despojos son de aquel hombre lleno de sueños.

¡Cuando mi recta cabeza bajé y ante vos ahociqué

de todo lo que era mi mayor don dejé de ser dueño!

 

 

©Marvilla  

Terrassa, 12 de enero 2020

 

 

Hora de Cruces

Encrucijadas

se abren en las palmas de las manos

cuando gira la rosa de los vientos

antes albures de promesas

insinuantes de oros y bordados

hoy señuelos con sus fauces

mortíferas y punzantes

para el incauto

providenciales se agitan los dados

para el curioso

aleatorias se mezclan las cartas

para el aventurero

las fichas entreveran la ventura

para el insensato

en el tambor desafiante laten balas

nuevas encrucijadas

a todos plantan ante la vida

ante esa hipnótica ruleta

de incesantes giros

de azares desafiantes

se crían encrucijadas

que empalman luctuosos maderos

y nacen cruces al alba

en nuboso desdoro rebullen

en atestados confines

las vidas se desalman

se desangran sin esperanza

este atajo de infelices

entrando en la noche

hoy con este miedo

a cada alba

 

 

 

©Marvilla  

Terrassa, 28 de mayo 2020

 

Aforismos

El tiempo suma horas mientras resta vidas.

 

Una casa es un espejo de sus habitantes.

 

La experiencia es un camino lleno de pasos en falso.

 

La imaginación es la locura mejor vista.

 

Decir que el hombre es un animal es un insulto a éstos.

 

Baja del tren que tiene su destino en una vía muerta.

 

Ensancha te de miras y estrecha te en prejuicios.

 

Tu valor es directamente proporcional a tu saber.

 

El que aplaude la ignorancia se celebra a si mismo.

 

La estatura de un hombre no se mide por la sombra que proyecta sino por

la luminosidad que irradia.

 

En el silencio haz de ti tu mejor compañía.

 

La curiosidad es el abono de las mentes fértiles.

 

No pasa nada por ser un pájaro que no va en bandada.

 

Aunque el infinito es inalcanzable proyecta hacia el tus manos.

 

 

 

Marvilla©

Terrassa, 2018